Beneficios de la danza del vientre

La danza del vientre permite conectar con el propio cuerpo y desarrollar las posibilidades expresivas. Esta danza nos ayuda a tomar conciencia de nuestra feminidad y fuerza.

Potencia el trabajo de todo el cuerpo, fortalece la musculatura y  moldea la figura sin esfuerzos bruscos, por lo que está indicada para cualquier persona, sea cual sea su edad y condición física. Tampoco se requiere una estructura corporal determinada, como puede ocurrir en otras danzas como la clásica.
Aporta una gran movilidad articular en las zonas lumbar, cervical y cintura escapular, evitando la rigidez de las articulaciones. También favorece la flexibilidad y la coordinación, proporcionando mayor elegancia y equilibrio a los movimientos; y contribuye a conseguir una postura correcta y una adecuada colocación de la espalda.
Además, funciona también como una terapia mental. Su práctica regular ayuda con el tiempo a vencer inhibiciones y a aceptar nuestro cuerpo tal y como es. A diferencia de otros ejercicios, como los aeróbicos, donde toda la energía invertida se proyecta hacia el exterior, con el fin de lograr una buena imagen personal, en esta danza se trabaja desde el interior, de forma que la belleza física nace no como un fin, sino como una consecuencia.
Manifiesta un profundo sentimiento de comunicación interior a través de la música y el movimiento, del que resulta un encuentro que la bailarina tiene con los demás, pero sobre todo, consigo misma.
La gran fuerza espiritual de la danza oriental le ha valido para ser considerada como una danza mágica, casi hechizante, y de la que yo estoy totalmente enganchada.

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